La ciudad condal acoge de manera habitual desde hace años una de las pruebas mundiales más apasionantes del mundo del motor, y el turismo de la ciudad se ve reforzado el fin de semana de carrera, a pesar de que el circuito de velocidad se encuentra a kilómetros de la capital catalana.
Aún así, no resulta extraño alojarse en un establecimiento de Barcelona y acercarse hasta el circuito cada día, sobre todo para los aficionados a quienes no les importa levantarse temprano para encontrar sitio y librarse de los atascos de tráfico que se suelen concentrar en las cercanías de las instalaciones los días de carrera, sobre todo el fin de semana del mundial de Fórmula 1.
Los turistas pueden elegir entre pasar unos días antes o después en la ciudad y de este modo hacer un poco de turismo en uno de los destinos probablemente más conocidos a nivel internacional o simplemente acercarse el fin de semana para ver las carreras y marcharse a casa cuando estas terminen, como norma general a media tarde, si es que uno tiene la paciencia suficiente como para aguantar el aluvión de coches que salen a la vez para aprovechar las horas de luz que quedan, bien sea para marcharse o para salir a recorrer un poco la ciudad.